Qué mundo más extraño... en el que jugamos a amarnos y a odiarnos, para al final darnos cuenta de que todo eso no importa, y aún así seguimos cayendo en ese círculo de sentimientos tan humanos.
Pero al final qué quedará... ¿un amor apasionado que vence a la muerte? No. Estaremos solos eternamente, vagando por quién sabé qué. Y mejor será que los Guardianes nos despojen con sus lanzas de fuego de esos sentimientos, porque el que no renuncie a ellos caerá desde el cielo hasta el infierno de la desesperación.
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