03 mayo 2008

Mangas de vampiros


Hacía ya cerca de medio año que no compraba nada, y ha sido una grata sorpresa encontrarme en la tienda de cómics con Blood+ y con Vampire Hunter D.


Blood+
es un anime de 2005, predecesor de Blood: the last vampire, en el que la historia se centra en Okinawa, donde vive una chica de 16 años normal y corriente, Saya Otonashi (saya significa vaina, y otonashi significa en silencio, en japonés). Una tarde, al salir del instituto, Saya es atacada por un monstruo, un quiróptero, que se parece a un murciélago gigante y deforme. Un misterioso hombre cargado con un chelo y con la mano vendada aparece para salvarla, dejando a Saya confundida. Más tarde aparece una organización buscando a Saya y se produce otro ataque de muchos más monstruos como el anterior. Por suerte vuelve a aparecer el hombre del chelo, pero éste le entrega una espada a Saya y le revela que ella existe para matar a estos monstruos y a lo que les crea.


Hay varios mangas de Blood+, cada uno posicionándose en un momento concreto de la historia del anime. Estos son:

  • Blood+ de Asuka Katsura
  • Blood+ Adagio de Kumiko Suekane
  • Blood+ Yakou Joushi de Hirotaka Kisaragi




El primero es el que ahora se está publicando en España. Ignoro si se van a publicar los demás (no sé si Norma habrá dicho algo al respecto o no, o esperarán a ver cómo van las ventas).

Hay que poner en relieve que la animación de la serie está muy bien, pero la de la película que lleva el nombre de Blood: the last vampire (sí, además del manga hay una película con el mismo nombre que curiosamente, no relata lo mismo que el manga) tiene un dibujo y una animación simplemente espectacular. Cuando la vi me quedé prendada del dibujo de Saya al instante (es la primera imagen de esta entrada).

Fuentes | Wikipedia

Introducción a la música del siglo XX


Título: Introducción a la música del siglo XX
Autor: Ottó Károlyi
Editorial: Música Alianza Editorial
Edición original: 1995

Sinopsis:

“Compleja y, cada vez más alejada de los valores preconizados por el Romanticismo, la música del siglo XX suele suscitar, salvo en círculos especializados, un sentimiento de rechazo. Ottó Károlyi propone en la presente INTRODUCCIÓN A LA MÚSICA DEL SIGLO XX un acercamiento a las principales características de esta música para poder comprenderla y disfrutarla mejor, analizando de manera sistemática los cambios de estética que han ido produciéndose a lo largo del siglo. Articulado casi al modo de un diccionario, el libro facilita la consulta inmediata de un término concreto, por lo que no sólo ofrece una idea de conjunto sobre la música moderna, sino que sirve para aclarar de inmediato cualquier duda sobre sus aspectos técnicos más complejos.”


Opinión:

Al igual que en Introducción a la música, Ottó Károlyi nos explica con maestría los fundamentos de la música, en este caso la actual. Me ha parecido, igual que la nombrada anteriormente, una obra muy interesante, por su sencillez, pues no se hace pesada ni está excesivamente repleta de datos. Sin embargo explica de forma clara pero a la vez muy completa las bases de la música contemporánea, de la que muchos músicos sabemos tan poco, lamentablemente.

Creo que es un libro que no debe faltar en casa de ningún músico, pues muchas veces nosotros nos olvidamos de que hoy en día también se hace música, no sólo existen los grandes clásicos, barrocos o románticos, sino que también existe música de mucha calidad que proviene de los recientes siglos XIX y XX. Incluso diría que resulta mucho más difícil apreciar estos últimos estilos (nacionalismos, impresionismo) si no se conoce muy bien al compositor y a lo que le impulsó componer así (por ello sabemos que Debussy usó multitud de veces la escala pentatónica porque tuvo ocasión de entrar en contacto con la música oriental en la exposición de París, quedando gratamente impresionado).

Mientras estamos acostumbrados a las líneas melódicas claras y al equilibrio del clasicismo, nos choca mucho encontrarnos de repente con la ausencia de la línea melódica (arrebatado su protagonismo por el “color” o timbre de la orquesta), y más chocante aún, con la ausencia de una tonalidad clara. Incluso, para comprender todo esto, debemos ir más allá de la música y explorar el contexto cultural, pues la pintura va muy en consonancia con la música en cuanto a estos cambios se refiere.

Así pues, opino que este es un libro que incluso serviría bien de “libro de texto”, dada la claridad y sencillez de sus explicaciones tan completas.