22 marzo 2007

¿Las artes marciales son violentas?

He encontrado un texto por ahí que se planteaba esta cuestión, centrándose en el judo, aunque en mi opinión puede extenderse a la mayoría de artes marciales honorables… y he querido ponerlo, porque creo que hay mucha gente desinformada sobre el hecho de si la violencia en el deporte es buena o mala (presuponiendo que es mala siempre). Ahí va:

Aquí es necesario diferenciar deportes agresivos y violentos: violento se considera todo aquel deporte que en su práctica requiera la ejecución de actos físicos realizados con violencia (por ejemplo golpear un balón, golpear la pelota con la raqueta, forzar el cuerpo para lograr un salgo con pértiga, etc.), siendo ésta una característica del deporte en sí.

Entonces el judo, en tanto es deporte, es violento, tanto como el fútbol o el básquet y mucho menos que otros como el boxeo o el rugby.

Otra cosa distinta es ser agresivo, esto hace referencia a una voluntad de “dañar” al oponente. No existe una necesaria correlación entre violencia y agresividad, así uno de los deportes menos violentos en su ejecución, pero más agresivo, es el ajedrez.

El judo no es un deporte agresivo ya que la intención no es la de dañar al contrario, sino inmovilizarlo. En la práctica competitiva del judo es penalizada toda acción encaminada no solo a dañar al oponente, sino también a uno mismo, siendo incluso prohibidas en la práctica deportiva aquellas llaves que son generadoras de un índice de lesiones muy alto.

Como el texto estaba copiado en mi libreta y no estaba escrita la fuente de la que lo saqué, no puedo citarla, pero de lo que sí me acuerdo es que esta era la respuesta (todo el texto anterior) a lo que preguntaban muchas veces los padres al tener dudas sobre si apuntar a sus hijos a algún arte marcial, como por ejemplo el judo: ¿es un deporte violento? ¿no será perjudicial para mi hijo?

Es un tema que muchas veces me provoca indignación, porque como pedagoga (o dentro de cuatro asignaturas futura pedagoga xD) he oído infinidad de veces a colegas explicando a padres y demás: “No, este juego de mesa no me gusta incluírlo en la actividades porque potencia la violencia.”

Todo el mundo presupone que la violencia es dañina, y quieren erradicarla de las escuelas, donde todo tiene que ser un mundo en perfecta armonía. Entonces es cuando por tratarse de algo prohibido que sin embargo existe, los alumnos intentan experimentarlo de la forma que sea, sin nadie que les dice qué está bien en esas situaciones, rebasando el punto en que se acaba su libertad y empieza la del otro.

La vida tiene violencia, es algo implícito en ella, y no tiene por qué ser algo malo, sólo enseñar la violencia de la forma que los ayude a realizarse como personas, no como fuente para dañar a los demás.

Que las personas sean violentas a la hora de esforzarse para mejorar, que sean violentas para defender lo que creen, y que se levanten violentamente de sus tropiezos y aprendan violentamente de los errores. Sí, son frases duras, pero si a todas esas palabras de la familia de violencia se les quita nuestra presuposición de que es “daño a los demás”… puede que no sea tan mala idea ser un poco violentos.

No considero que haya que dejar de clasificar las películas por edades según el índice de violencia, ni tampoco muchas otras cosas que sólo una mente relativamente adulta pueda comprender, pero tampoco creo que haya que negar lo que existe. “En el punto medio está la virtud” (Sócrates), incluso en la violencia.

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