“Cuando sientes que ni tu cuerpo ni tu mente no pueden más… que seguramente vayas a explotar a causa de todo:
A causa de que aunque creas haber crecido te sientes un niño al lado de tus padres; a causa de que sepas que gente que tienes alrededor no es totalmente sincera contigo y te duela; a causa de entregar confianza a los demás y en algunas ocasiones no ser correspondido, y aún así, seguir entregándola sólo por esperanza; a causa de tropezar siempre con la misma piedra siendo lo peor que antes de hacerlo ya sepas que vas a tropezar… A causa del miedo que te da no saber lo que te depara el futuro, y del miedo también a perder la fe en tus amigos, a perder el amor y a caer en la rutina.
Cuando descubras que en tu vida los días están literalmente muertos, son todos iguales y pasan sin darte ninguna emoción, cuando realmente todo te abruma y sientas que todo eso se te escapa de las manos, entonces es cuando hay que “minimizar” por un momento la vista, volverse realmente como un niño y fijarse en los detalles en lugar de en grandes problemas.
El cariño de alguien impregnado en un regalo, las miradas de complicidad de un amante, la frescura de una sonrisa y la amabilidad desinteresada de alguien que todavía no te conoce. Son parte de las cosas que posiblemente veamos cuando sea demasiado tarde.
Abre tu Caja de Pandora. Deja que salgan los grandes problemas y atesora, junto a la esperanza, los pequeños placeres que te harán comprender que no todo es tan difícil.
Hay gente maravillosa a tu alrededor que compensa todo lo malo que pueda ocurrir. Forman parte de tu vida y de tu forma de ser así como tú de ellos, y sólo por poder gozar de su compañía, vale la pena vivir.”
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