21 marzo 2007

Agenda de teléfonos

Hoy estaba escribiendo teléfonos y direcciones de mail en una moleskine… por aquello de tener la precaución de tenerlo todo anotado por si fallan las nuevas tecnologías.

No pensé que algo tan funcional y de tan aparentemente poca importancia me hiciera pensar tanto. Mirando el móvil, el pocketpc y una antigua agenda para ir pasando números me he encontrado con gente que no tenía ni idea de quien son, personas que pasaron fugaces y por motivos laborales por mi vida, supongo… ni ellos ni yo nos preocupamos demasiado en conocernos más de lo necesario, supongo que por circunstancias.

Otros sabía quien eran, pero no tenía especial interés en guardar sus números, fuera porque no terminé bien con ellos o porque tengo la sensación de que nuestros caminos no se volverán a cruzar. Demasiadas pocas cosas en común, recuerdos amargos o… ¿amistad fingida? Uf… eso me desanima.

Otros, sin embargo, son personas a las que hace años que no veo, y que es muy posible que no vuelva a ver, pero lo que viví con ellos y el cariño que todavía me queda por ellos me hace apuntar de nuevo sus números con ilusión. A lo mejor algún día encuentro la sorpresa de una llamada suya en el móvil, quizás proponiendo aquella cena de la que siempre hablábamos y nunca hicimos… o quizás me sienta un día impulsada a llamarle yo, quién sabe. El caso es que me queda esa ilusión..

Y al lado de esta última sensación tan dulce, de pronto encuentro ciertas entradas (pocas, pero por desgracia las encuentro) que me hacen cambiar totalmente la expresión. No me apetece nada tener esos nombres en la moleskine, pero apunto a regañadientes sus nombres por un motivo que me sorprende a mi misma: ten cerca a tu enemigo. Si alguna vez me vuelven a llamar quiero saber que son ellos… y entonces no sé si les voy a contestar, y si lo hago, almenos va a ser preparada, con mi máscara puesta y la guardia bien alta.

Por otra parte, y aunque no sepa si es algo recíproco, me alegro de ver que tengo tantos buenos recuerdos y ganas de ver a antiguos colegas, que por compartir lo que compartí con ellos, creo que las ganas de verlos nunca se marchitarán. Por suerte a algunos de los que he anotado aunque son amigos de hace tiempo, nos mantenemos en contacto y nos vemos.

También he esbozado una grata sonrisa cuando he visto que tenía varios nombres que añadir que no estaban en mi antigua agenda. “Mis amigos y compañeros del futuro”, he pensado.

Dentro de diez, o veinte… o más años volveré la vista atrás igual que ahora y estoy segura que los recordaré con el cariño desmedido con que recuerdo ahora a algunos, y con un poco de suerte, incluso puede que sean compañeros de un futuro aún más lejano.

No hay comentarios :