19 mayo 2007

Pesadillas

La oscuridad ha caído sobre mi habitación. Entro. Mis pies tropiezan con algo punzante, pero sin detenerme a descubrir qué es camino nerviosa hacia mi cama. Justo después, oigo susurros detrás del velo del silencio, suenan desesperados pero algo los ahoga y no acierto a entender lo que dicen. Noto el sudor en mi cuello y sigo hasta el borde de la cama, deseando no tropezar con nada más. Extiendo la mano. Las sábanas están tan frias... odio eso. Mientras me meto en mi cama noto el tacto de las mantas y tiemblo.

La puerta del armario está abierta por alguna razón que desconozco
. Me asalta un escalofrío y en ese momento la puerta del armario chirría un poco. Me meto debajo de las sábanas aún a sabiendas de que no me van a proteger de nada. La puerta del armario y la ventana empiezan a sonar suavemente. Me quedo quieta con la esperanza de pasar inadvertida ante lo que sea que se acerca a mi, pero es inútil. Esa mirada vacía traspasa no sólo las sábanas sino mi alma. Ya está aquí.

Una de las cosas que solía soñar de pequeña. Ahora no son exactamente así, pero también tengo. A ver si hay suerte y pasan pronto. Y por si el responsable tiene internet:


No hay comentarios :