09 enero 2008

Odio...

Odio que mi vida se pare como un reloj roto cuando me tienen que dar una noticia decisiva. Los minutos se me hacen horas y las horas días. Ahora es cuando me doy cuenta de lo claras que me gusta tener las cosas y la planificación que adoro en mi vida. Cuando me quitan eso estoy neurótica, como ahora, incapaz de avanzar por cualquier lado, por poco que tenga que ver con lo que habrá después.

Odio esta sociedad, que obliga a planificar las horas, minutos y segundos inmediatos, me obliga a estar siempre pendiente del reloj y del móvil, esta sociedad que si no te deja ver metas claras te sume en la desesperación de ser una fracasada, de hacerte sentir en inferioridad... y de crearte esa ansiedad que se acumula y que, un día, después de mucho aguantar, provoca el estallido del llanto y la rabia, y la vergüenza ante uno mismo.

Dios... cómo la odio a veces. A los amigos, a mi amor, a mi familia, a ellos no. Pero a lo demás...

1 comentario :

Avelino Font Franch dijo...

Ánimo :-)
A ver si nos vemos un día de estos y hablamos como hablábamos antes.
Un abrazo.