El Reino del Dragón de Oro

Y una vez terminada la trilogía de Isabel Allende, con el próximo libro que reseñaré (El Bosque los Pigmeos), sigo con el segundo:

Título: El Reino del Dragón de Oro
Autora: Isabel Allende
Editorial: areté (Círculo de Lectores)
Año de la primera edición: 2003
Nº de páginas: 309
Observaciones: segunda parte de la trilogía de Allende (precedido por La Ciudad de las Bestias y que sigue con El Bosque de los Pigmeos).

Sinopsis:

En las remotas cumbres del Himalaya, dos monjes budistas recorren, serenamente, el camino hacia el Valle de los Yetis. El más joven de ellos, Dil Bahadur, heredero del Reino Prohibido, cree que sólo se trata de una peregrinación en busca de plantas y hierbas de poderosos efectos medicinales. El mayor, un reflexivo gigante que responde al nombre de Tensing, sabe que la finalidad del viaje es completar la formación del príncipe, para que éste pueda comprender los códices del Dragón de Oro y ser un digno aspirante al trono del reino.

Muy lejos del Tíbet, en el corazón de la ciudad de Nueva York, un multimillonario sin escrúpulos ha decidido incorporar a su peculiar colección de rarezas de la humanidad la legendaria estatua del Dragón de Oro del Reino Prohibido. Tentado no tanto por el valor de la figura como por sus supuestos poderes para predecir el futuro, el Coleccionista no escatimará medios para conseguir su objetivo.

Por otra parte, Kate Cold y su nieto Alexander estaban felices de poder viajar juntos al Reino Prohibido, en el Himalaya. Pero cuando el muchacho vio también a Nadia Santos, su amiga del Amazonas, en el aeropuerto de Nueva York, ya no pudo contener la alegría. Kate lo había arreglado todo para que la chica le acompañara en su nuevo trabajo para la revista International Geographic. Nunca hubiera imaginado que pronto estarían luchando por evitar el robo de la estatua del Dragón de Oro en las montañas más altas del planeta.

Opinión:

Es similar a la primera parte (La Ciudad de las Bestias) en todos los aspectos, lo cual es beneficioso para el libro porque aunque se trata de una segunda parte, guarda la calidad narrativa y el interés de la historia en todo momento.

Quizá el primer libro se hacía más intenso en algunos puntos, por tratarse de una historia ambientada en un contexto que por fuerza tiene que ser más intenso: la selva y sus peligros son un escenario que inspira más acción que las tranquilas cumbres del Himalaya y el pacífico Reino Prohibido.

Aún así no me queda nada más que añadir. Me ha gustado en la misma forma y medida que el primero.