21 septiembre 2007

Ciao Luciano

No tenía tiempo, cuando la noticia de su muerte salió en los noticiarios, de dedicarle un post en el blog a este tenor de renombre, así que lo haré ahora.

Luciano es de esos músicos que no lo tuvieron nada fácil en sus infancias. Hijo de un panadero y de una trabajadora de una fábrica cigarrera, él y su familia tuvieron problemas durante la Segunda Guerra Mundial que les obligaron a irse de casa y alquilar habitación a un granjero. Durante esa época Pavarotti aprendió agricultura y se apasionó por el fútbol.

Sus inicios en la música no estuvieron encauzados a hacer una gran carrera, simplemente entró en el coro de una pequeña iglesia, donde también cantaba su padre. Más tarde, de mayor, se vería obligado a elegir entre dedicarse al fútbol o a ser profesor, optó por lo segundo. Dejó su trabajo de profesor después de ejercer dos años, decidido ya a hacer carrera en la música.

Debutó como Rodolfo en la ópera La Bohéme, de Puccini. Pero si bien su debut le hizo ganar popularidad, ganó aún más cantando La hija del regimiento, de Gaetano Donizetti, con su aria de nueve do de pecho seguidos.

Para quien no tenga claro lo que es un do de pecho:

El do de pecho es el Do6 de la escala musical, o sea, si el Do4 es el que queda por debajo del pentagrama en clave de sol, son nada menos que catorce notas más por encima. Creo que más o menos el registro más típico del habla masculina se situa entre en sol3 y el sol4 (aunque esto no es exacto, pues hay muchas voces y por tanto muchos registros diferentes, así que por un extremo u otro podría variar).

Así pues, uno, aunque no sepa mucho de música, puede imaginarse que 12 o 13 notas por encima del registro normal usado requieren mucho dominio de la voz para que suenen igual de firmes que las demás, y un gran entrenamiento para que el sistema fónico no salga dañado de su ejecución.

En cuanto a las óperas, como la que cantó Pavarotti con esos 9 do de pecho seguidos, hay que decir que los hombres en un inicio las cantaban haciendo falsete (imitando la voz de una mujer, o sea, cantando "de cabeza"). Después ya se intentó cantarlo con voz real, con nefastos resultados, pues salían gallos y notas muy desafinadas que sólo conseguían forzar las cuerdas vocales.

Sin embargo, en la época de las producciones verdianas había que buscar una alternativa al salto al registro de cabeza, ya que este registro no cabía en la nueva modalidad musical. Esto se logró subiendo de las posiciones graves y medias en un determinado momento, y adoptando una posición del paladar con una elevación parecida a la del bostezo llevar a la voz, mediante un imaginario ángulo de 45º a los resonadores faciales, a la máscara (particularmente al tabique nasal).
Esta técnica fue el pasaporte para que nacieran obras que jamás podrían enfocarse con la antigua modalidad.

Los 9 do de pecho de Pavarotti lo hicieron portada del New York Times, después de dicha actuación.

Como bien es sabido, el tenor era también un músico "universal" en todos los sentidos. El más destacado es que unió su voz a otras muchas sin importarle el tipo de música. Sus actuaciones con U2, Michael Jackson y muchos más artistas son bien conocidas, y su gran voz demostró pertenecer a un gran corazón cuando cuando se destinaron los fondos del concierto "Pavarotti and friends" a la ayuda para la educación de niños del tercer mundo.

En definitiva, afrontó su carrera musical con afán, humildad y buenas intenciones que no se detuvieron ante nada ni ante nadie, y cuya sencillez y sabiduría se demuestran en frases como: Aprender música leyendo teoría musical es como hacer el amor por correo.

Fuentes: Wikipedia, La Opera

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