23 abril 2007

Carmina Burana

Ayer fui al Auditorio de Castellón a ver esta gran cantata escénica. Ya no recordaba lo impresionante que era escuchar esta obra de Carl Orff en directo desde que tenía 16 años y me llevaron al Teatro Principal cuando vinieron el Coro y la Filarmónica de Berlín a representarla.

Esta vez los intérpretes fueron el Orfeón Donostiarra y la Orquesta del Liceo de Barcelona. A ambas formaciones las escuchaba por primera vez en concierto, también. No hay que decir ya que la interpretación fue más que buena. Los solistas fueron Milagros Poblador, soprano; Flavio Oliver, contratenor; y Wolfgang Newerla, barítono.



Algunos datos curiosos sobre su origen:

En 1803 se encontraron en el monasterio benedictino de la ciudad de Beuern (Baviera, Alemania), unos 300 poemas goliardescos que databan del s. XIII.

El término "goliardescos" viene de los "goliardos", que en aquella época eran sacerdotes vagabundos o estudiantes pícaros. No obstante, anteriormente, los goliardos fueron, desde su primera referencia escrita en el s. VI, sacerdotes de "vidas licenciosas" (clérigos vagabundos y ociosos). El término goliardos viene en parte de término gula (por su insaciable apetito), y en parte de la analogía fonética de Golias, que procede del gigante bíblico Goliat, al que a menudo se identificaba con el diablo.

Se dice de los goliardos que incluso llegaron a crear algún tipo de comunidad o secta. El caso, y a lo que viene la explicación, es que estos goliardos tenían mucha afición a la literatura. La utilizaban a menudo sirviéndose de otras composiciones populares contemporáneas, e incluso de textos de Ovidio, Homero y Cátulo, para desarrollar poemas de temas amorosos o satíricos contra la Iglesia.

Carl Orff recopiló posteriormente 25 de estos 300 poemas para reunirlos en su Carmina Burana (Poemas de Beuern).

En efecto, Carmina Burana es una obra de textos curiosos. La vida desordenada de estos monjes se refleja ya en el título de cada parte de la obra: "Fortuna, emperatriz del mundo", "En la taberna"... sobretodo en la figura de la parte 13a, titulada "Yo soy el abad de Cucaniensis", en el que aparece el abad aficionado a la bebida de la taberna.

"Ninguno teme a la muerte, y echan suertes en honor a Baco.[...] Una vez, por el tabernero los hombres libres beben ansiosamente; dos veces, beben por los cautivos; luego, tres veces, por la vida; cuatro, por todos los cristianos; cinco veces, por los mártires; seis, por los hermanos enfermos; siete, por los soldados en la guerra".

Opinión:

A nivel de interpretación, siempre hay variaciones que sorprenden, sobretodo en una obra que una tiene tan oída en sus discos. Cuando conoces algo bien, aprecias cualquier variación, sobretodo cuando se trata de oír dirigir a distintos directores. Las pausas entre los tiempos no son las mismas, cambian elementos como la velocidad a la que se lleva, etc.

Aún por la falta de costumbre de no haberla oído de otra manera que en la grabación, en la interpretación estuvieron a la altura de la obra. A destacar el barítono Wolfgang Newerla, que bordó su interpretación, tanto como cantante, como actor.

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