La puerta del armario está abierta por alguna razón que desconozco. Me asalta un escalofrío y en ese momento la puerta del armario chirría un poco. Me meto debajo de las sábanas aún a sabiendas de que no me van a proteger de nada. La puerta del armario y la ventana empiezan a sonar suavemente. Me quedo quieta con la esperanza de pasar inadvertida ante lo que sea que se acerca a mi, pero es inútil. Esa mirada vacía traspasa no sólo las sábanas sino mi alma. Ya está aquí.
Una de las cosas que solía soñar de pequeña. Ahora no son exactamente así, pero también tengo. A ver si hay suerte y pasan pronto. Y por si el responsable tiene internet:
No hay comentarios :
Publicar un comentario