Autor: Ken Follett
Editorial: DeBolsillo
Nº de páginas: 1365
Sinopsis:
El gran maestro de la narrativa de acción y suspense nos transporta a la Edad Media, a un fascinante mundo de reyes, damas, caballeros, pugnas feudales, castillos y ciudades amuralladas. El amor y la muerte se entrecruzan vibrantemente en este magistral tapiz cuyo centro es la construcción de una catedral gótica. La historia se inicia con el ahorcamiento público de un inocente y finaliza con la humillación de un rey. Los Pilares de la Tierra es la obra maestra de Ken Follett y constituye una excepcional evocación de una época de violentas pasiones.
Opinión:
Me recuerda mucho (por comparar con algún otro buen libro) a Canción de Hielo y Fuego, sin ser género fantástico, claro. Es igual de crudo, sorprendente, denso (en el buen sentido) de personajes y de acción, y de penetrante que la saga de G. R. Martin.
Lo bueno del libro es que te "conecta" con los personajes, conoces sus sentimientos y se pueden adivinar sus reacciones con los demás, porque llega un punto en el que los conoces muy bien. Eso sí, también se sufre con ellos, porque los personajes están que no levantan cabeza, los pobres. En ese aspecto es bastante realista: todos buscan tener una buena vida, unos encontrando un trabajo y pan para su familia y otros intentando cumplir los designios que creen les están encomendados.
El tratamiento de la religión, que está presente en las vidas tanto de miembros del clero como en los demás, está muy acertado. Los "tabúes" como el sexo, la intimidad y las propias creencias también aparecen, a pesar de la presencia de la religión. Y sobretodo, las necesidades de la gente, el afán por simplemente trabajar, salir adelante de una forma u otra (unos de forma honrada, otros no tanto) en una vida en la que dependen de demasiadas cosas: las cosechas, la voluntad de los soberanos y del señor, etc. están magníficamente reflejadas, a veces desembocando en tragedias y otras en un feliz desenlace.
En fin, creí que sería más pesado de leer, pero lo cierto es que las páginas pasaban como segundos, al final. Desde Canción que no leía ninguno que me llevara tan cerca de la historia.
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